01 marzo 2006

Capitalismo de ficcion

El Estilo del Mundo. La Vida en el capitalismo de ficción. Desde que lo leí recurro a él continuamente para explicarme porqué las cosas son como son. Puede que lo que cuenta Vicente Verdú no sea cierto. Puede que no llegue ni siquiera al grado de teoría. Puede que simplemente se limitara a poner el decorado y el atrezzo de los acontecimientos reales y que le resultase una composición creíble... pero el caso es que a mi me resultó muy creíble.

Vicente Verdú define el capitalismo de ficción como la heredera de las etapas de capitalismo de producción y de consumo:

"El capitalismo de producción definiría el período, desde finales del s. XVIII hasta la Segunda Guerra Mundial, en cuyo transcurso lo principal eran las mercancías. A continuación, el capitalismo de consumo, desde la Segunda Guerra Mundial hasta la caída del muro de Berlín, destacaría la trascendencia de los signos, la significación de los artículos envueltos en el habla de la publicidad. Finalmente, el capitalismo de ficción, surgido a comienzos de los años noventa del siglo XX, vendría a cargar el énfasis en la importancia teatral de las personas.(...) La finalidad de los dos primeros era abastecer la realidad de artículos y servicios mientras la del tercero es articular y servir la misma realidad; producir una nueva realidad como máxima entrega. Es decir una segunda realidad o realidad de ficción con la apariencia de una auténtica naturaleza mejorada, purificada, puerilizada"

El resto del libro está lleno de ejemplos para apoyar lo que dice. Ejemplos que cada uno de nosotros puede encontrar en su entorno diario y otros que ponen los pelos de punta, como el hecho de que una de las primeras reacciones de la Casa Blanca tras los atentados del 11-S incluyera una reunión en un hotel con los 40 ejecutivos más importante de Hollywood al mismo tiempo que los guionistas de "La jungla de cristal" y los de "Air Force One" colaboraban con militares para diseñar simuladores informáticos sobre situaciones extremas.

En fin, es de esos libros que no leerlo hace que vivas más tranquilo. Y os aseguro que no es conspiranoico.

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