A los ojos de sus hijos, los padres suelen ser auténticas fortalezas en las que nada les puede suceder. Y sin embargo solo hace falta un abrazo apretado de los pequeños para que los muros empiecen a temblar. Solo Pau en su Remanso de Jirafas lo puede decir mejor que Fede Comín en "Mira como Tiemblo".
25 maio 2009
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2 comentarios:
Precioooosooo! Nada nos pode fazer mais vulneráveis que os filhos. Certamente. Beijinhos.
Me ha sorprendido: estoy temblando!
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