Llamadme conspiranoico si queréis, pero a mí no me cuela lo del avión impactando en la planta baja del Pentágono. Yo comprendo que se vive más tranquilo, al menos de momento, creyéndose la versión oficial. Pero a mi me resulta difícil de creer que unos individuos, sean éstos moros malos o paramilitares de Masachussets, estén tan bien entrenados como para apuntar al ventanuco del váter del conserje del pentágono y no dejar ni rastro en el césped, tal y como muestra la fotito de al lado (clic para ampliar), que es una de las primeras que se sacó después de la explosión. Aún no habían llegado los bomberos y se ven todas las farolas en pie, el césped impoluto y ningún resto del avión.
La secuencia de imágenes que, dicen, han hecho pública hoy, la tenía yo guardada en el ordenador con fecha del 8 de marzo del 2002, y os aseguro que no soy de ningún servicio secreto, la saqué de internet, como casi todo. En esa secuencia se ve que algo entra a ras de suelo, pero tan tan a ras, que si te pilla buscando grillos ya te deja calvo. ¡Hay que tener una puntería de narices para meter un 757 a esa altura y no darle ni a una triste farola (hay unas cuantas) antes de llegar a la ventanilla del pobre conserje!
Por si fuera poco el avión, nos dicen, se fundió tras el impacto, por eso no se enco
ntraron más restos que un par de trocitos pintados con los colores de una compañía distinta. Ya. Seguramente las alas del aparato se fundieron antes incluso del impacto, ya que por los destrozos que se ven en la fachada del Pentágono parece que la script de la escena se olvidó de dejarles sitio, y es que por ese agujero no se mete un 757 con alas. Además, es curioso que habiéndose fundido el avión, le hayan entregado a los familiares de las víctimas urnas con sus muertos identificados por el ADN. Y es que 2500ºC fundirán un avión, ¡pero no el ADN de un auténtico patriota americano!
No me tomeis a mal el tono irónico. Cada uno puede creer lo que quiera, pero a mi, cuánto más tiempo pasa, más me cuesta creerme que lo del Pentágono fue un avión y no un misil. Sin embargo, lo que más me extraña es que ningún periodista "consagrado" se pregunte por todo este montón de incongruencias y se acepte la versión oficial mirando para otro lado y haciendo una dejación de funciones escandalosa. ¿Tanto miedo tenemos?